domingo, 25 de noviembre de 2007

¿Estás preparad@ para combatir este discurso?


Arriba el neoliberalismo, arriba un sistema que potencia la creatividad, arriba un sistema que favorece el intercambio, arriba un sistema que no pretende controlarte como lo hace el Estado, arriba un sistema que te hace libre.
Un sistema en el que hay pobres, es verdad, pero que siga estando arriba porque si realmente se le quitaran todas las trabas, entonces funcionaría de verdad y sería enormemente bueno. Lo que ocurre es que los estados siguen queriendo controlarlo y es ahí donde el neoliberalismo oprime a tantos seres humanos, pero no por él mismo, sino por querer controlarlo.

Lo que ocurre es que al neoliberalismo se le achacan males que no son propios del. Los pobres, son fruto en su mayoría de gobernantes corruptos que han robado a sus conciudadanos. Y ahora resulta que tiene que cargar con eso el neoliberalismo. Si te roban, la culpa es del ladrón, y de nadie más.

Lo que ocurre es que la gente que no quiere currar, que no quiere estudiar, que no quiere hacer nada en esta vida ataca al neoliberalismo porque les exige trabajar como debe ser. Ellos quieren un Estado que les de todo sin hacer nada. Hay algunos incluso que piden una Renta Básica de Ciudadanía, que cara!! Un sueldo por no hacer nada, un sueldo para vivir como reyes. Unos pocos trabajando para mantener al resto. Después queremos buenos médicos que nos curen, pero eso que lo hagan otros. Eso lo tenemos gracias al neoliberalismo, que potencia la competencia que, a su vez, logra estimular al ser humano para que mejore.

Todos admitimos que cuando más ha avanzado el ser humano ha sido en los últimos 50 años, cuando más rápido se han dado los avances médicos, tecnológicos, de transporte, de comunicaciones que han mejorado y mucho la vida de las personas. Hoy te puedes curar de muchas cosas, puedes hablar con un familiar que esté al otro lado del planeta, puedes incluso viajar y verlo en cuestión de horas,... Todo esto se ha dado bajo el avance del neoliberalismo.

Los vagos que se pongan a trabajar y los pobres que no elijan a esos gobernantes corruptos, entonces todos se darán cuenta que el neoliberalismo es el camino del ser humano.

lunes, 19 de noviembre de 2007

La vida no me sonríe, se descojona


Subo al tren rumbo a casa, me siento (si es posible al lado de la ventana y en la dirección del tren), miro a la gente que me rodea, abro el libro y empiezo a leer, al poco desvío la mirada de lo que estoy leyendo y miro por la ventana, observo las casas que pasan, la gente, el paisaje y viene a mi un pensamiento que se repite desde hace mucho: qué hará tal persona (esa que vive en esa casa que acabo de ver pasar), qué pasará por su cabeza, qué problemas tendrá, por qué pensará de esa manera, ... sigo observando y el sonido del tren me devuelve a la realidad. Vuelvo la vista al libro y continúo con la lectura.

Al poco me vuelvo a parar y miro a la persona que está delante, a las personas que acaban de entrar. Es una mirada con intención; con la intención de comprender que cada persona es un mundo, que cada persona es distinta, que cada persona merece la pena, que cada persona tiene su historia, que... yo podría ser esa persona. Una persona muy distinta a la que soy y, a la vez, muy igual.

Distinta en la manera de pensar, igual en la manera de sentir. El mismo dolor cuando pierdes a alguien querido, el mismo placer cuando obtienes lo que quieres, la misma nostalgia de l@s amig@s que están lejos, la misma alegría cuando te dan una buena noticia, la misma tristeza cuando alguien te falla, la misma tristeza cuando tú fallas...

Un sonido estridente me devuelve nuevamente a la realidad del tren, al libro de mis manos. Se cierran puertas y el que corría presuroso por entrar asume que tendrá que esperar al siguiente tren y se pregunta porqué el tren no habrá esperado un poco más. El que va dentro se pregunta por qué el tren tiene que esperar tanto en cada parada.

En este ir y venir de paradas, personas, ruidos y conversaciones ajenas llega el tren a mi destino. Me bajo, el tren se marcha y en ese momento pienso que yo, ahora mismo, en este preciso instante, soy feliz... que realmente la vida no me sonríe, se descojona.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Ni siempre, ni nunca, ni todo, ni nada


Normalmente se me da bien hablar en público, normalmente me gusta hablar en público, casi nunca me traicionan los nervios, casi nunca me engaña la relajación...

Eso he tenido que recordar y vengo diciéndome desde el jueves pasado. Y es que no hay nada peor que interiorizar que uno es bueno o malo en algo de manera fija o definitiva.

Normalmente o casi siempre mi inteligencia espacial me deja en evidencia, casi nada de lo relacionado con cocinar me gusta, casi todo lo relacionado con la naturaleza me es lejano...

Son cosas que ya sabía, pero que la vida tiende a recordar de vez en cuando para poner un poquito de realismo, de humildad y de optimismo. No, no es recordar en que soy bueno o en qué soy malo. No es eso. Se trata de recordar que no soy siempre así, sino normalmente soy así. Eso me permite fallar cuando no me lo espero y acertar cuando ya lo creía perdido. La cuestión es que esta vez me ha tocado recordar que puedo fallar cuando creía que no.

El hecho en sí, nada del otro mundo: una entrevista de trabajo mal hecha. Antes de ir algunos me decían que no iba a tener problemas y yo pensaba, por supuesto, eso es lo mío: hablar y venderme bien. Pues por esta vez ninguna de las dos.

Conclusión: si alguna vez no sonrío o no saludo con ánimos, no te preocupes, porque normalmente soy así, pero no siempre. No sabes cuánto alivio da permitirse no ser estático, fijo, constante, aunque normalmente lo sea.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Como tú quieras (dúo con Rebeca)


Cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da... Eso nos canta Jorge Drexler en una de sus más míticas canciones: Todo se transforma. Y eso lo he recordado porque hoy han tocado el timbre y ¿a qué no sabéis quién era? Pues era "la energía", esa que ni se crea ni se destruye, sólo se transforma, como la canción.

La energía llegó bajo el nombre de Rebeca y como ella es así, la energía, subió a toda prisa, entró con una sonrisa, un abrazo y una práctica de lo suyo, de energía. La verdad es que nada tiene que ver la teoría con la práctica y, todo hay que decirlo, primero fue la práctica y después me sentí tan bien que necesité saber de la teoría.

Si te convences de que eres lo que quieres ser, ¿qué camino elegirás?? ante tantos caminos, tantas posibilidades, tanto poder de elección?? quizás te asustarías. Yo me asusté, a la vez que me emocioné y entonces, sólo entonces, respiré. Bueno chica ahora tienes el poder de elegir, hazlo de la manera más adecuada, más limpia y con consciencia. Pensé.

Qué miedo da sentir que el Universo conspira para mandarte de lo que le has conspirado. Porque claro, si eso ocurre ¿que ocurre? que creces, creces, y te encuentras en esa pequeña espiral que llega al infinito, ¡¡anda, fijate lo lejos que se puede llegar viajando por el canal de la espiral!! ahora eso sí, el abandono, y la humildad por delante, cosa que echa para atras, porque claro, ¿cómo voy a desnudarme ante mi propia imagen de mí, y ante la imagen de los demás? El abandono te ayudará a comprender la pequeña espiral que está en cada uno de nosotros por continuar...