viernes, 18 de abril de 2008

Nacionalismos. ¿Dispuesto a escuchar una opinión distinta?


Los nacionalismos no los comparto. Mejor dicho, no comparto los fundamentos actuales de muchos nacionalimos (gracias Izaro por poner palabras a este pensamiento). El nacionalismo del siglo XIX, fundamentado en la historia, fundamentado en la tierra que habitas o, incluso, fundamentado en la raza y la distinción.

Una nueva concepción de nacionalismo es necesaria, construida sobre las identidades personales compartidas, más allá de la historia, la tierra o las consideraciones especiales. Construida sobre el sentir de cada uno. Construida sobre el deseo de querer administrarte de manera distinta y autónoma al que lo viene haciendo hasta ahora. Construida sobre el control local de los recursos y la democracia participativa ¿Acaso no es democracia poder decidir cómo quieres administrar tu vida?

- No quiero ser español.
- ¿Por qué no?
- Porque no me siento español.

No hay más. Que alguien me diga dónde está el problema. Saldrán muchos a hablar de solidaridad. Son los mismos que defienden la disminución de los mecanismos de solidaridad común como la Seguridad Social o Hacienda. Esos mismos que no sólo no cuestionan, sino que promueven un Sistema Económico que sume en la pobreza al 80% de las personas del planeta e incrementa año a año la desigualdad. Esos mismos que defienden el desmantelamiento del Estado en favor de la propiedad privada. Los mismos que destinan un 0,35 % del PIB a países empobrecidos porque el 0,7 % es imposible para nuestra economía y 51 millones de € al día a gastos militares (sí, 51 millones de EUROS al DÍA, no hay error en la cifra). Esos vienen a dar lecciones de solidaridad. Se les puede reconocer facilmente. Allí donde veas gaviotas que vuelan cada vez más hacia la derecha y huelas el perfume de rosas cada día más artificiales, allí los encontrarás.

Los nacionalismos actuales se fundamentan en el control y la posesión de recursos, ambos objetivos camuflados bajo palabras de patria, bandera, historia común,... De los existentes en el Estado Español hay uno que no soporto, sí, lo he de confesar. No por su contenido, sus formas y sus discursos, que en eso todos se parecen, sino por el hecho de ser el más grande y el que más poder tiene para imponer sus ideas: el nacionalismo español.

NOTA: agradecer a Ibai tantas y tantas charlas enriquecedoras sobre este y otros temas.

martes, 1 de abril de 2008

Momentos de fuerzas


Hay veces en la vida que te encuentras con fuerzas, con fuerzas para todo. Parece que el cuerpo no se cansa, que llega la noche y no tienes sueño, estás activo. Que suena el despertador y no te cuesta levantarte, te levantas con la ilusión de lo que vas a hacer hoy, da igual el qué, si ir a la Universidad, a trabajar, a la biblioteca,... Lo que cuenta en esos momentos es la emoción por hacer cosas nuevas, por sentirte vivo y parece que el cuerpo lo aguanta todo.

Hay momentos en los que pasa todo lo contrario, cualquier cosa te pesa y pesa tanto que te vuelves apático, desganado. El trabajo pierde su sentido y lo que antes te ilusionaba ahora te parece manido, sin sentido, sin interés alguno... y te vuelves negativo.

De elegir me quedo con el primero, que es el que estoy viviendo ahora, aunque el segundo también viene bien. En mi caso, en este momento, el primero viene motivado por estar iniciando una nueva aventura laboral en Barcelona, algo que sonaba lejano cuando lo imaginaba hace ya 3 o 4 años. Es emocionante poder cumplir lo que has soñado o lo que simplemente has hablado tomando un café en la Uni o de marcha con un amigo de manera casual.

Pero todo tiene su tiempo y su pausa. Y ahora es tiempo de cumplir un sueño y de seguir soñando con proyectos nuevos, desconocidos, desafiantes. Cuando llegue el momento de la desgana, lo manido y la apatía, que llegará, habrá que vivirlo y puede que de ahí surgan las fuerzas, que esa desgana sea el motor para iniciar la andadura de uno de los sueños guardados en el cajón. Ahí radica su riqueza, en la de ser capaz de generar movimiento.

¿Los sueños que empiezan a nacer y van quedando en el cajón? Vivir en Francia, estudiar Antropología Social y Cultural, hacer un doctorado, retornar a Canarias lleno de ideas y proyectos nuevos, aprender inglés en Londrés,... Ahora impensables algunos de ellos, mañana puede que realizables.