Está pasando, ¿estás pasando?

Triste, muy triste. No, no es eso en realidad, es violencia, no tristeza. Cada una y cada uno que saque sus conclusiones:

• Atropellar y matar a una persona en paso de peatón con semáforo en rojo para el coche, no auxiliar a la víctima, darse a la fuga e inculpar a otra persona del asesinato (todo ello probado en el juicio): tres años de carcel y con el tercer grado a los 14 meses. http://www.diariodesevilla.es/article/sevilla/85238/farruquito/obtiene/tercer/grado/tras/cumplir/meses/prision.html


• Secuestrar y prostituir a una persona con discapacidad: libertad sin fianza http://www.adn.es/local/barcelona/20080509/NWS-0722-libertad-acusados-obligar-prostituirse-disminuida.html


• Asesinar a una mujer: libertad sin cargos (http://www.elpais.com/articulo/espana/Libertad/cargos/detenido/Benidorm/muerte/mujer/elpepusoc/20080513elpepunac_5/Tes


• Arrancar una bandera española y romperla: 2 años y 7 meses de cárcel. http://www.flickr.com/photos/jaumedurgell/2451018340/

Y se sigue sin hablar de la violencia del sistema, no sólo la que silencia y criminaliza a las excluidas y excluidos por el propio sistema: tod@s aquell@s que duermen en la calle porque se han abandonado; tod@s aquell@s desemplead@s que dependen de las ayudas porque son vagos y no se mueven para buscar trabajo; tod@s aquell@s drogodependientes porque son débiles y han sido tontos por caer en un mundo servido en bandeja desde arriba; todas aquellas prostituidas porque siempre se puede trabajar limpiando y no denigrándose de esa manera tan necesaria y placentera para estos mismos que acusan; todas aquellas que son maltratadas porque en el fondo algo habrán hecho; tod@s aquell@s que mueren en el mar o poco a poco en jornadas de esclavitud, porque han venido a quitarnos lo que es nuestro; tod@s aquell@s que luchan contra el sistema en favor de una vida más justa porque somos incívicos, antidemocráticos, radicales... No sólo no se habla de esta violencia, tampoco se hace de la violencia que silencia, a golpes, y crimanaliza, de forma autómata, al que ose discrepar con el sentir de la madre patria.